Hoy queremos contaros un poco más acerca de uno de nuestros tratamientos favoritos, la reflexología:
Esta técnica se engloba dentro de las terapias naturales o alternativas y, con un enfoque holístico, la reflexología trata al paciente como un «todo», teniendo en cuenta su estado físico, mental y emocional, tratando de buscar su estado completo de bienestar.
La reflexología se definiría como una técnica de armonización energética, pues sin ser agresiva de forma alguna, ayuda al cuerpo a autocurarse ya que su concepto es que todas las partes del cuerpo están conectadas entre sí por canales o meridianos.
Según la MTC (Medicina Tradicional china) la energía o «fuerza vital» fluye a través de estos canales o meridianos por todo el cuerpo y, como los problemas del cuerpo físico están asociados a los desequilibrios del cuerpo energético, si tratamos estos bloqueos a través de la reflexología limpiaremos y restableceremos la libre circulación de la energía vital incluso antes de que aparezca el trastorno físico.
Como terapia refleja, cabe destacar que existen diversas técnicas. Las manos, los pies, el rostro, la espalda, los ojos, las orejas, la lengua o la nariz son diferentes diferentes opciones dentro de la reflexología, aunque la más conocida es la reflexología o reflexoterapia podal.
En este post, nos centraremos concretamente en la reflexología facial:
La reflexología facial es un método terapéutico natural que se basa en la estimulación de unos determinados puntos energéticos situados en el rostro, buscando la regulación y autocuración del organismo.
Igual que en los pies, en el rostro se encuentran los puntos reflejos de todos los órganos y vísceras del cuerpo que estimularíamos trabajando tanto la salud como la belleza.
La reflexología facial es muy sencilla y cómoda de aplicar y gracias a ella podemos tratar pequeños dolores, cansancio o mareos de manera efectiva y muy fácilmente ya que se puede hacer en cualquier momento del día y con resultados casi inmediatos.
Y tú, ¿ya te has animado a probarla?